martes, 13 de febrero de 2007

Una problemática que se vive en nuestra ciudad con relación al comercio, es que los niños salen a vender a las calles, para sostener a sus familias, lo que les impide llevar a cabo sus derechos fundamentales, y en algunos casos alejándolos de la oportunidad de estudiar.

Hoy encontré un artículo de un niño, que aunque estudia, tiene que dedicar la otra parte de su tiempo al comercio. Su nombre es Miguel Joaquín Gómez. Este niño, trabaja por iniciativa propia y ahorra para garantizarse un futuro al menos estable económicamente. Miguel afirma en el artículo que vender libros es una de las profesiones más difíciles y dice que su estrategia para salir adelante es leer lo que vende, así, según el, gana dinero y conocimientos.

Miguel tiene 13 años, vive en Buga y cada fin de semana, en horas de la mañana viaja a Cali y se dirige al centro para empezar a trabajar, abordando los clientes en las cafeterías de este lugar.

Este niño vende sus libros a 5 mil pesos y afirma que su jornada termina cuando el morral que lleva queda vacío, alrededor de la media noche. Después se reúne con su único familiar, que es su abuelo quien vende enciclopedias igualmente en el centro de Cali.

En la lectura, miguel dice en la entrevista que lo único que lo llevara al éxito es la buena educación, por lo que es muy responsable y cumple con todos los requisitos del colegio. Sin embargo, afirma que los fines de semana y durante las vacaciones, su principal objetivo es buscar el dinero con las ventas.

Considero que esta es una historia que deja mucho para reflexionar ya que refleja la realidad que tienen que vivir muchos niños caleños que deben entrar en el mundo del comercio para sobrevivir y mantener a sus familias.

No hay comentarios: